HIPERHIDROSIS: Aunque a veces está ligada a patologías, en un porcentaje importante de los casos de sudoración excesiva la causa se desconoce.
LA HIPERHIDROSIS implica una mayor actividad de las glándulas ecrinas, que son las que provocan el sudor. Puede ser generalizada o localizada, principalmente, donde hay mayor concentración de estas glándulas, como en las axilas, en las palmas, las plantas de los pies y en la zona inguinal.
En promedio, una persona transpira entre 400 y 500 cc diarios, pero puede llegar a secretar hasta 10 litros de sudor al día, dependiendo de la temperatura exterior, de la actividad física o de situaciones estresantes a las que haya estado sometida, por ejemplo.
En cambio, quien tiene HIPERHIDROSIS puede transpirar hasta diez veces más, incluso en situaciones de reposo. Transpira mucho más de lo que la circunstancia le exige.
Según diversos estudios, este problema afecta al 1% de la población , al parecer, con más frecuencia en los hombres, pero son las mujeres quienes más consultan, y en alrededor del 60% de los casos está vinculado a factores patológicos: tumores, infecciones (tuberculosis), ciertos fármacos (ansiolíticos y antidepresivos) y trastornos de la tiroides.
El porcentaje restante tiene una hiperhidrosis idiopática o esencial, que no tiene una causa conocida pero sí tiene un importante componente hereditario. En todo caso, se sabe que está relacionado con una defunción en el sistema nervioso autónomo, sobre el que no se ejerce un control voluntario y consciente.
CIRCULO VICIOSO
Las manos y los pies sudorosos son una respuesta normal a la ansiedad y también es habitual que una persona sude mucho cuando tiene fiebre o hace ejercicio. De hecho, el sudor es uno de los mecanismos de termorregulación del cuerpo, es decir, controla su temperatura.
Sin embargo, no es raro que al dar la mano, abrazar o besar a una persona se corra el riesgo de dejarla empapada. Asimismo, quienes tienen hiperhidrosis deben cambiarse de ropa más de una vez al día, estropean papeles y documentos de oficina, se les resbalan los lápices al escribir o dejan mojado cualquier asiento.
Algunos pacientes caen en un círculo vicioso. En la medida que la persona se da cuenta que está sudando, se estresa porque teme que los demás lo adviertan y entonces tiende a transpirar más.
Pese a que no es considerada una enfermedad propiamente tal, LA HIPERHIDROSIS puede afectar la calidad de vida de quién la padece, sobre todo porque algunas personas tienden a asociar el exceso de transpiración con mal olor..
El mal olor corporal (bromhidrosis) se asocia más que nada a infecciones por hongos o bacterias, que al transpirar descomponen la queratina (la capa superficial de la piel), provocando el mal olor.
TERAPIAS PALIATIVAS
No existen tratamientos definitivos contra este problema, sino que sólo se puede paliar su manifestación a través de medidas como desodorantes especiales, cremas o talcos. Actualmente se está indicando como tratamiento definitivo la resección ganglionar intratoraxica, que si bien es un procedimiento neuroquirurgico y tiene riesgos.
También hay tratamientos orales, con ciertos medicamentos que inhiben la secreción ecrina regulando el sistema nervioso autónomo, pero que tienen la desventaja de provocar efectos secundarios, como sequedad bucal o retención urinaria.
Un tratamiento más reciente, es el uso de TOXINA BOTULINICA, mediante la inyección subcutánea de pequeñas dosis que paralizan el músculo de la glándula sudorípara. Tiene un efecto transitorio que dura aproximadamente entre ocho a doce meses, pero se ha visto que con el tiempo su efectividad aumenta a un año, es una alternativa cara. Es un procedimiento ambulatorio que dura aproximadamente media hora.
Solución Integral en Dermatología